lunes, 7 de septiembre de 2009

Despertar, de nuevo.


Abro los ojos y hay nuevos caminos, otras facetas, otra cara del sol me muestra su rostro, sus ojos…ojos que me miraran por años. Una nueva etapa, con más caras conocidas, pero diferentes en esencia.

Ando a pie y descalza por un camino desconocida, y con un cuchillo en la mano para cortar las ramas que me impidan avanzar y llegar a ese destino extraño, al paradero que ignoro. En algún momento, el bosque en el que ando se hará mas tupido, mas salvaje, y las ramas que me frenan serán mucho mas grandes y complicadas de cortar, me harán tambalear, y puede que caiga; si eso ocurre, si mi cara termina pegada a la tierra, recordare que aunque siempre intente llegar a la copa de algún árbol, o camine en el bosque, podemos bajar o frenar nuestro trayecto de muy mala manera, pero al hacerlo, recordaremos…porque en el fondo estan muestras raíces, las que enterramos profundamente en el tiempo, pero que no podemos cortar ni olvidar, pues son las que le dan vida a nuestro gran bosque.

No importa olvidar, lo que importa es poder recordar eso que olvide en algún instante, lo que me hizo ser quien soy, lo que importa es revivir, nacer de nuevo, alegrarme, y no lamentarme por el mañana, pues me darán alas para volar muy alto, pero bebo tener pendiente que “todo lo que sube, baja” y prefiero hacer un buen aterrizaje, a caer en picada.