martes, 10 de junio de 2008

Cárcel de Aburrimiento

Un día normal, como todos mis días, en un aula normal, como todas las aulas, en una aburrida clase, igual a todas esas que te atontan, casi como si cada silba que dice tu profesor fuera una dosis de somníferos, de esas las que te transformas en un zombi con la única acción de convertir oxigeno en dióxido de carbono, mejor empleo mi delirio para poder escapar de esa prisión de aburrimiento y así poder pensar, soñar y escribir.

En ese momento tan inoportuno me llega un pensamiento frustrante y me doy cuenta de lo mala que soy para algunas cosas, lo torpe que pares o boba que des seguro me veo en ese ambiente donde realmente no encajo, donde todos se quedan mirándome a ver que hago ahora, como si yo fuese una clase de payaso o algo así, por lo contradictoria que les resulta mi presencia, y yo, por mi parte, juro que estoy pasando desapercibida.

La verdad es durísima, y ahora mismo me ha dado una bofetada en plena cara, haciendo que cada palabra dolorosamente sincera que escucho pese en mi cabeza como una tonelada de ladrillos, haciéndome sentir herida, logrando que mi ego se encoja hasta alcanzar la estatura de un bichito muy pequeño que se encuentra tembloroso ante la enorme garras de una fiera, pues es ahora que mi conciencia se hace conciente de que estoy luchando por una sueño que no es mío, que no quiero. Me doy cuenta de lo difícil que es luchar gran parte de tu vida por algo que no quieres, pero es junto en este instante que lo vienes a notar.

Lo único que de verdad se, es que no se nada, no se por que vivir, es que estoy varada en nubes de espuma me encuentro perdida en un mapa, pues me siento invisible ante la luna, me ahogo en una baso de agua y es que no tengo idea de nada.

No hay comentarios: